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Devorando Nentón

Encontrar personas tan locas como uno, que estén dispuestos a hacer viajes dementes, aventurarse a lo desconocido, salir a explorar, a devorar el país, no es nada fácil. Estuve esperando el viaje por varios meses, sólo existía la promesa de que lo haríamos pero no había fecha establecida. Al fin se da la oportunidad y comienza la planificación. Parezco niño en juguetería buscando información, buscando contactos de los lugares que visitaremos, leyendo blogs de viajes con recorridos de los lugares que planeamos visitar. Dediqué tiempo a la investigación en internet, a llamadas telefónicas y presenté el plan de viaje a mi amigo, lo que nos aflige un poco es el presupuesto. Pero estamos dispuestos a sacrificar comodidades y sobrevivir por cinco días con lo mínimo.
Todo parece estar en orden y quedamos en la fecha, el día y la hora en que saldremos a una aventura de más de 1,000 km en carro y muchas horas a pie para descubrir maravillas naturales a una de las regiones más lejanas, bellas e inexploradas del país.
Se llegó el día e iniciamos con un poco de tráfico para salir de la ciudad, parece que no quiere que nos alejemos de su jungla. Salimos de la ciudad y pasamos haciendo algunas compras en un pueblo en las afueras, muy bello, frio y tranquilo. A las 11 am llegamos a Los Encuentros, un punto de referencia en el mapa. Aquí desayunamos, esta dentro del presupuesto.
El almuerzo fue como a las 4 pm en un pequeño comedor saliendo de La Democracia y entrando a Nentón. La persona que nos atendió no sabía dónde estábamos, ni el nombre del río que pasaba cerca, una pena que estuviera más perdida que nosotros. Durante todo el recorrido el camino no se volvió largo, pues nos deteníamos cuando un paisaje requería una fotografía. 



Cuando faltaban pocos kilómetros para llegar a nuestro destino del día, paramos en la entrada de un atractivo natural que visitaríamos dos días después, solo para examinar la ruta que nos lleva a tal sitio. Llegamos a Chaculá a las 5:30 pm más o menos y parece no haber nadie. Llamo a mi contacto y me indica que se retiró del lugar, que acampemos y al siguiente día nos veremos.
Con el permiso respectivo armamos carpa después de dejar el carro frente a la casona, un lugar con muchos años de historia y llena de leyendas. Damos una vuelta a la laguna y recorremos  el bosque de pinos donde se encuentra. Mientras yo armaba carpa, mi amigo hizo el fuego y en una holla de barro calentamos agua para la comida y bebida de esa noche. El sol y la luna se reflejan en la laguna, los arboles son movidos por el viento y parecen hablar. Los animales cantan en el bosque y el silencio aparece por períodos cortos. 



Dormimos en este solitario lugar y fuimos despertados muy temprano por unos caballos que pastaban cerca de la laguna. En esa mañana llamé a los guías que nos acompañarían en nuestra aventura del día. Levantamos el campamento y nos dirigímos a la comunidad de el Aguacate, un lugar cercano pero con un trayecto difícil para el vehículo que llevamos. La carretera no recibe mantenimento y es muy difícil trancitar los pocos kilometros hasta nuestro destino. 



El desayuno lo realizamos a la orilla de la FTN en un pequeño comedor, donde al parecer son familiares de nuestro guía, aquí todos se conocen. Luego del desayuno caminamos por dos horas hasta llegar a uno de los lugares mas puros y hermosos del país, la Laguna Brava. A pesar del cansancio de la caminata nos esperaba un esfuerzo más pues este día debíamos ver otro atractivo de la laguna. Nos subimos a los botes y remamos por una hora y 40 minutos hasta llegar al otro lado de la laguna y conocer los cenotes. Fueron impresionantes, tres cenotes en medio de una selva, el agua de cada uno es de un color diferente. Al caminar por esta selva y encontrar de repente el bello color y pureza de cada uno me sorprendio gratamente. 







Caminamos para conocerlos todos, para bañarnos en el más grande de los cenotes, armar una pequeña lancha y remar en él. También caminamos hasta encontrar un río que sale de la laguna con una belleza que he visto pocas veces. Parece Semuc Champey. Parece que en invierno todo se llena de agua y cascadas caen a los cenotes haciendo aumentar su nivel. La formación rocosa de los Cenotes es increíble, ostras antiguas en el lugar. 




Después de un tiempo de recorrer los cenotes debíamos volver, el recorrido en lancha fue  cansado pero vimos rocas, paredes, islas  y selva. Un recorrido que disfrutamos mucho. Cuando volvimos había dos turistas más en el lugar y un guía. En la noche realizamos una actividad que no se acostumbra con los turístas, pero como eramos pocos los guías pusieron en práctica sus habilidades para pescar y así prepararnos para el desayuno. Esta actividad llevó tiempo pero fue muy divertida. Después de todo, ya tarde nos dispusimos a dormir. 
En la mañana cansados pero con esperanza de ser un buen día hay que cocinar la caza de la noche anterior. Así es, desayunamos caldo de mariscos de río, pescado, cangrego, camarón y hasta una rana. Alimento que nos daría energía para el retorno a la comunidad de el Aguacate. Pero antes de irnos quedaba una visita más, hay una cascada en una pared con cavernas y una piscina natural en medio del bosque a buena altura. Este recorrido fue una cortesía de nuestros guías. Desde este lugar se puede tener otra perspectiva de la laguana, la cual no desepcionó...

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