Ir al contenido principal

Mountain bike


Todo empezó con una idea singular, tenía algunos meses de no viajar a la tierra que me vio nacer y pensé en visitarla pero hacer algo diferente, algo que nunca había hecho. Necesitaría algunas herramientas para esta aventura: una cámara y una bicicleta.
La planeación fue poca y podría decir que el viaje fue repentino pues en mis planes estaba otra actividad, pero las cosas se dieron y el interés que me generó fue mucho. Quería explorar de manera diferente caminos poco transitados y aventurarme a fotografiar la naturaleza de mi tierra.
Al iniciar el camino sabía que no seria fácil, mi falta de costumbre y mi no tan buena condición física dificultaría el ascenso. Estaba en lo correcto, el camino era muy empinado y las piernas fueron exigidas. 

Quise acompañar el camino con música pero me di cuenta que esto opacaba el sonido de la naturaleza a mi alrededor, pues a pocos metros de salir de la aldea lo único que se escuchaba era el sonido de las aves, insectos llamando la lluvia y mi respiración. El sonido de los insectos sería desesperante pero en este contexto lo percibí armonioso.
Durante el camino tuve varias paradas para hidratarme y tomar fotografías, el suelo estaba húmedo y el cielo nublado, no hacia frío pero tampoco el característico calor del oriente. El camino resulto ser más transitado de lo que había imaginado, hubo tramos en que me toco subir caminando por lo empinado (más veces de las que quisiera contar) como sea llegué a mi objetivo más cercano de lo que pensaba.

Llegue a un punto donde había dos caminos, el de la izquierda parecía bajar, y con lo cansado que iba parecía la opción más lógica, el segundo parecía subir. Tenía que tomar una decisión y esto era excitante pues no sabia que me esperaría en ninguno de los dos caminos. Tome el de la derecha y para mi sorpresa el camino era menos empinado. Después de seguir un poco más y tomar fotos, a lo lejos se veían casas y se escuchaba el sonido de un río. Pronto empezó el descenso y mejor decidí volver pues el descenso era empinado y volver a subir eso me desanimaba.




Un intento de calambre en ambas piernas me mostró que la decisión que había tomado era la correcta. El descenso fue divertido y me permití escuchar música. Una ligera llovizna me espanto pues no tenia protección para mis aparatos electrónicos, afortunadamente solo fue un susto.


Regresé a casa satisfecho de esta aventura y me di cuenta de que para disfrutar de una aventura no se necesita ir lejos, únicamente hay que abrir la puerta de casa y salir. Atrévete sal de casa y vive una aventura.

Entradas populares de este blog

Momostenango

El pretexto esta vez fue un trabajo de la universidad. Voy de madrugada hacia un lugar desconocido... hasta ahora. Un municipio del departamento de Totonicapán en el altiplano guatemalteco, Momostenango. Es un colorido y hermoso municipio que tiene mucho que ofrecer al visitante. El viaje en bus de madrugada por la carretera Interamericana siempre es frío. Madrugué bastante pues me dijeron que el bus salia muy temprano, pero resulto que no había ninguno que me llevara directamente a Momos, en su lugar tome uno que se dirigía a San Marcos. Estaba empezando una gran aventura, estaba por descubrir un nuevo destino. Siempre me emociona cuando camino por lugares en donde nunca antes había estado y veo nuevos paisajes y culturas. Un imprevisto surgió pronto, antes de llegar a Patzicía en Chimaltenango el bus presento desperfectos mecánicos, no pudo caminar más y con mucho frío todos los pasajeros tuvimos que bajar y esperar a que otro transporte pasara y nos llevara al destino. Disfruto...

El Aprisco (Descubriendo Toto 2)

Marimba en vivo en el parque rodeado de edificios ancianos, esto fue lo que vimos, tuve el deseo de quedarme escuchando los dulces sonidos del instrumento musical nacional, pero hay que seguir moviéndose. Seguimos las indicaciones que amablemente nos dieran en el restaurante y las que los policías de transito nos indicaran y nos aventuramos a viajar colgando en la palangana de un pickup rumbo a El Aprisco, un parque ecológico que parece muy bueno.  Una tienda al salir de Toto parece indicarnos lo que nos espera, se llama "60 vueltas", efectivamente el carro empieza a subir una empinada cuesta y a surcar las cerradas curvas del lugar.  El aire nos refresca y podemos ver todo el pueblo de Totonicapán y más allá. Tengo duda de esa montaña enmedio del valle, yo le llamo "la montaña solitaria". Gracias a la amabilidad del piloto y de los pasajeros que nos indicaron donde bajar llegamos a El Aprisco. Una señora cuando bajo muy amablemente nos indica cuanto debemos paga...

Amatitlán

Amatitlan es el nombre de uno de los municipios del departamento de Guatemala. Esta ubicado a 27 kilómetros al sur de la ciudad capital de Guatemala. En este lugar se encuentra ubicado un lago de 15 kilómetros cuadrados. Al llegar a la playa publica los restaurantes ofrecen deliciosos platos como mojarras fritas, caldo de mariscos, chiles rellenos, entre otros. Pero antes de degustar deliciosos alimentos es recomendable un paseo en bote, para esto se puede contratar una pequeña lancha y adentrarse en las aguas del lago. Una vez terminado el recorrido a comer. Además de comedores hay tiendas de artesanías para que el viajero se lleve un recuerdo. Si quieres sentir como en el viejo oeste, ¿que tal un recorrido a caballo por el lugar? es posible rentar uno de estos animales, posar para unas fotos y caminar o trotar en medio de altos arboles. Si esto no es suficiente, y la altura no te da miedo, hay que subir al filón en las góndolas del teleferico. Seguramente en tu mente permanecerá la i...