Saludar a un amigo después mucho tiempo sin comunicarse suele ser motivo de grandes aventuras. Eso fue exactamente lo que me pasó al saludar a un amigo de locas ideas. Por motivos laborales nos encontramos y después de ponernos al tanto de los últimos acontecimientos en nuestras vidas rapidamente surgió la idea de un viaje. Fue una idea espontane que surgió en nuestras mentes deseosas de aventura. Nos pusimos de acuerdo en la fecha, ese mismo fin de semana, pero lo que aun no estaba claro era el destino.
La noche antes del viaje elegimos el destino pero a la mañana los planes cambiaron.
Como sea tomamos camino y la carretera estaba libre de tráfico para empezar el recorrido desayunamos en un bello restaurante a la orilla de la carretera. Delicioso y suculento. Seguimos el recorrido fotografiando los letreros de bienvenida que en cada pueblo nos recibian. Atravezamos varios y tomamos fotos de algunos de ellos.
El camino fue largo, muchos kilometros nos condujeron hasta un bosque de elfos en la entrada de Momostenango, el aire puro llena nuestros pulmones. Momostenango es conocido por sus ponchos y los riscos.
Despues de visitar los riscos que casi nos atropellan, compramos recuerdos en el mercado. pero queriamos mas aventura y nuestro siguiente destino fue Xela. Es obligación al visitar un lugar deleitarse con la comida de la región. El pan de Xela es exquisito, saben a que me refiero. El parque ordena ser fotografiado y se respira en el cultura. La música hace que la experiencia suba a otro nivel.
Seguimos comprando recuerdos.
Al termina el tour tomamos camino de regreso pero un error nos obligo a tomar otra ruta, regresamos por tierra caliente, un cambio espectacular de clima al bajar de Xela a Reu. El bosque cambia de una forma exquisita. La lluvia extrema característica de esta región nos alcanzó. Pero logramos salir bien librados de ella.
Atarvezamos 9 departamentos en unos cientos de kilómetros, un viaje rápido.