Adrenalina pura, sin adulterar, la aventura extrema tiene esa capacidad de lograr que el cuerpo la produzca. El rappel es un deporte que consiste en descender por una pared vertical con una cuerda y equipo especial, y donde el miedo a las alturas hay que vencerlo. Practicar rappel es una cosa, hacerlo en una catarata de 40 metros de altura es otra. Esta fue mi primera experiencia en una cuerda que sostenía mi vida. Estoy acompañando de personas que ya han hecho esto antes y esto les permite experimentar en los descensos, pero para la gran mayoría de los aventureros de este día es su primera vez. Una breve explicación de la forma correcta de descender se nos dio antes de tomar la catarata y los que quisieron practicaron en una pared de solo 2 metros de altura. Yo no quise entrenar, sino que tuve que decidir entre dos cuerdas de 40 metros: la de la derecha inicia en roca y solo hasta el final uno entra al agua; para la cuerda de la izquierda hay que meterse al agua incluso antes que el descenso empiece. ¿cuál elegí? Por supuesto que la de la izquierda, ya estaba allí y había que ser extremo.
Sin haberlo hecho antes logré un descenso a pesar de la dificultad de la muy resbalosa pared y el agua que caía con fuerza sobre uno hacia que los pies se movieran sin voluntad. Esa experiencia mereció ser repetida.
Logré vencer la dificultad y fui testigo de las hazañas de otros, que a pesar del miedo a las alturas, corta edad y más dificultades lograban vencer el reto auto impuesto y obtener la victoria con euforia.