Tiempo libre, sin nada que hacer más que recorrer una pequeña comunidad de la que había escuchado buenos comentarios. Aprovechando el descanso decidí recorrerlo sin prisas y saborear lo que el pequeño pueblito ofrecía. Es un pueblo colonial, con calles empedradas y un aire de tranquilidad que invita al descanso. Aquí todos parecen conocerse y sus habitantes caminan, conversan y saludan con un aire de paz. Además de eso tiene hermosas vistas hacia la ciudad de Antigua Guatemala. Sin duda este descubrimiento me lleno también de paz, así que decido simplemente caminar un poco, conocer su plaza y sentarme a leer. El lugar parece detenido en el tiempo y disfruto respirar este aire de otra época. Sin duda un lugar para el descanso, para caminarlo tranquilamente y disfrutar de su arquitectura colonial. También encontré algunas tiendas con productos artesanales que vale la pena conocer. Sin duda volveré a visitarlo para encontrar la paz de sus habitantes.
Cada día trae su propia aventura