Una meta, un sueño, una aventura, eso supone en Centroamérica los 4220 msnm, es el punto más alto al que se puede llegar en tierra centroamericana. Una altura que no muchos se atreven a toma ya sea por el frío, lo difícil del ascenso o la presión atmosférica a la que no estamos acostumbrados. Esta aventura tiene experiencias maravillosas. El desayuno del sábado se tomó ya a buena altitud sobre una alfombra verde y rodeados por un bosque de pinos cuyas ramas están llenas de agujas que despiden un olor especial. La caminata inició desde muy temprano y el ánimo de cada uno se encontraba en su punto más alto. El camino siguió, algunas veces dentro del bosque, otras sobre mesetas verdes y pronto sobre caminos rocosos que informaban que la cumbre se estaba acercando. No vi a nadie que perdiera su buen ánimo, en ningún momento de la aventura. Todos disfrutamos cada instante las experiencias que la montaña nos ofreció. El frío, el viento, los colores y olores, la camaradería. Lo que se a
Cada día trae su propia aventura