Madrugamos para ver la salida del sol tras las altas montañas. Hay mucho frío pero el deseo de presenciar la manifestación de la naturaleza a través de una salida de sol es más fuerte que esto. Una sesión de fotos delante de la neblina y bellas casas de la región, contiguo a los bosques de pinos y cipreses en lo alto que mostraban a través de colores que el sol estaba por salir. Luego del amanecer y de compartir el desayuno, en el que todos participamos para cocinarlo, tomamos camino a nuestro trabajo nuevamente. La ruta estuvo llena de bellos paisajes que hacían creer se era parte de una película de ficción. Durante el día compartimos con los amigos y nuevos conocidos del lugar, quienes nos abrieron la puerta de su casa para disfrutar de un delicioso almuerzo con la producción del lugar, papas. Gente humilde, con muchas necesidades en medio de una tierra bendecida por Dios por la naturaleza alrededor que comparte y se abre a desconocidos brindando una inmensa ayuda. Después del
Cada día trae su propia aventura